Jordan Peterson es insultado y abandona Twitter. ¿Qué nos vuelve atractivos? Una mirada histórica y evolutiva
¿Qué nos vuelve atractivos? |
Recientemente el controversial psicólogo y escritor Jordan Peterson se vio
envuelto en una nueva polémica tras comentar respecto a la apariencia de la
modelo que ocupaba la portada de la revista ‘Sports Illustrated: Swimsuit
Edition’. El ya retirado profesor Peterson comentó diciendo “Lo siento. No es
hermosa. Y ninguna cantidad de tolerancia autoritaria va a cambiar eso”. Este
comentario hizo despertar una ola de críticas que van desde quienes criticaron
la apariencia misma del señor Peterson, hasta aquellos que, aún siendo
fanáticos de su contenido, criticaron su opinión respecto al cuerpo de la
modelo.
Yumi Nu en la portada de la revista Sports Illustrated: Swimsuit Edition. |
El comentarista político Hasan Piker comenta: "“Lo siento. No es hermoso. Y ninguna cantidad de tolerancia autoritaria va a cambiar eso”. |
Todo este revuelo culminó en que Jordan Peterson renunciara indefinidamente
a la plataforma de Twitter, citando que “Le dije a mi personal que cambiara mi
contraseña, para evitar la tentación, me voy de nuevo. Si tengo algo que decir,
escribiré un artículo o haré un video. Si el problema no es lo suficientemente
importante como para justificarlo, quizás lo mejor sea dejarlo pasar”.
Ignorando lo que, en mi opinión, fue un poco inteligente y lamentable comentario del Profesor Peterson, la pregunta del atractivo físico es una bastante interesante, preguntas tales como: ¿es la belleza subjetiva u objetiva? y ¿Cómo han evolucionado las preferencias en cuanto a atractivo físico a lo largo del tiempo? Son interrogantes que pueden despertar una que otra emoción y generar un candente debate.
En primer lugar, abordaremos esta pregunta desde una perspectiva biológica/evolutiva. Para muchos esta perspectiva es fría, poco romántica, a muchos no les gusta. Pero, a pesar de ello, la ciencia se basa en observaciones y hechos. Por ejemplo, nos guste o no, la mayoría de los hombres prefiere caderas anchas y busto pronunciado, mientras que la mayoría de las mujeres prefiere hombres altos y de espalda y hombros anchos. Existe una posible explicación evolutiva que explicaría esta tendencia.
Según la biología evolutiva, en los seres humanos, como en otras especies,
las diferencias sexuales en tamaño y forma se atribuyen a los efectos
divergentes de la morfología sobre la supervivencia o el éxito reproductivo de
cada sexo. En el caso de las mujeres, una cintura más pequeña en relación con
las caderas, los senos más grandes y las piernas más largas en relación con la
altura se han atribuido a la selección de fecundidad y los machos lo percibirían
como más atractivo. En los machos humanos, se cree que la mayor altura, el
mayor tamaño y las piernas más cortas en relación con la altura surgieron a
través de la selección sexual al aumentar el éxito en la rivalidad entre machos
y al ser más atractivos para las hembras.
Según la aproximación de la biología evolutiva, estas características son atractivas ya que serían señales de fertilidad y salud, muy importantes en el pasado cuando Homo sapien (nuestra especie) estaba aun completamente sujeto a la selección natural, junto con todas las demás especies del planeta.
La edad depiedra. Comunidad de cazadores-recolectores. Pintura por Viktor M. Vasnetsov. |
Por otro lado, y hablando de subjetividad u objetividad a la hora de hablar
de belleza, la ciencia nos indica que, al menos en cuanto a simetría, la
belleza puede ser considerada como objetiva, puesto que existen rostros más
simétricos que otros y, usualmente, los rostros más simétricos son considerados
como más atractivos que los no simétricos.
No obstante, en términos generales, la belleza es claramente subjetiva. En
otras palabras, las personas se sienten atraídas o disgustadas por distintos
atributos físicos y psicológicos; lo que yo puedo encontrar atractivo, no es lo
que la siguiente persona pueda considerar atractivo.
De hecho, la percepción humana de lo que es bello y lo que no ha llegado al
mundo de la neurociencia, con la subdisciplina ‘Neuroesthetics’ (o
neuro-estética en español) que busca entender cómo experimentamos la belleza en
distintos ámbitos, como el arte, la danza y la música. El término fue acuñado
en 1999 por el Dr. Semir Zeki quien menciona
que hoy en día podemos señalar exactamente a aquellas regiones del cerebro que
se iluminan cuando vemos algo que consideramos hermoso o cuando vemos algo que
consideramos horrendo (son distintas regiones las que se iluminan).
La amígdala y la corteza motora ilumidas. Imagen extraída de la charla del Dr. Semir en TEDx Talks, en la cual menciona que “es como si movilizaras tu sistema motor para protegerte de la fealdad”. |
Finalmente, desde una perspectiva histórica/cultural los estándares de
belleza no solo varían entre regiones del mundo, sino que, también, varían a lo
largo del tiempo.
Anne Hollander, escribiendo para el New York Times (1977) menciona que, durante
unos 400 años, aproximadamente entre 1500 y 1900, el peso y el volumen
corporal, tanto para hombres como para mujeres, tuvieron un fuerte atractivo
visual. Menciona que hubo variaciones según el país y el siglo en este estándar
de buena apariencia, pero en general se consideró no solo hermoso sino natural
lucir físicamente sustancial.
De hecho, durante la era victoriana una gran cantidad de libros de salud y
belleza hicieron eco del sentimiento popular del siglo XIX de que la gordura
equivalía a la buena salud. Hoy en día tener sobrepeso no equivale a salud,
pero este artículo no se enfoca en la salud sino en la percepción de belleza, y
es curioso ver como ha sido percibida en siglos pasados.
Pintura de Iván Makarov, 1870. |
Citando solo un ejemplo, en su libro de 1870 ‘Personal Beauty: How to
Cultivate and Preserve it in Accordance with the Laws of Health’, el autor
Daniel Brinton afirma que una “figura huesuda y flaca” es “intolerable para los
dioses y los hombres”.
En cuanto a los hombres, antiguamente eran las muchas culturas donde el peso
corporal significaba estatus, y el estatus era visto como algo atractivo. No
obstante, si solo nos enfocamos en el aspecto de la percepción de la belleza física,
el cambio del “ideal masculino” no ha variado en gran medida. El ideal de la
antigua Grecia (800 AC-146 AC), por ejemplo, sigue siendo bastante similar al
ideal actual, a pesar de que en el periodo de los 1800 y tempranos 1900 el peso
haya estado asociado a un mayor estatus social y, por ello, visto como
atractivo.
Estatua del ideal corpóreo griego. |
Si seguimos en el tiempo y nos detenemos en los años de 1950, veremos que
el ideal de belleza femenino, al menos en occidente, era un cuerpo similar al
de la actriz y cantante Marilyn Monroe:
Marilyn Monroe. Circa. 1951. |
Actualmente debido al mundo globalizado en el que vivimos es difícil decir
exactamente cuál es el “ideal” de belleza. Si analizamos hechos, es claro que
la mayoría de modelos en las principales revistas de moda y belleza son personas
altas, de rostro simétrico y cuerpos delgados. Aún más recientemente lo
anterior ha ido cambiando, ya que muchas franquicias han buscado añadir
diversidad en cuanto a la realidad de los cuerpos de la población y esto ha
generado (como se puede ver en el caso con el que se abrió este artículo)
cierta polémica.
De este modo, lo que se considera atractivo en la actualidad está bastante
ligado a la cultura pop, actrices, cantantes y modelos pueden generar
tendencias de belleza globales que, antes, sin el nivel de globalización
actual, eran más variados entre culturas.
Si uno analiza las principales celebridades del momento, notará, al menos
en la mayoría de los casos, algunas de las características físicas mencionadas
en este artículo, ya sea en cuanto a simetría facial o proporciones corporales.
A falta de un mejor adjetivo, resulta interesante ver los efectos que la
globalización y los estándares de belleza actuales tienen en los cerebros en
desarrollo de los niños y adolescentes. Es un tema complejo y largo, digno de
un artículo propio. Pero para contextualizar, solo en los Estados Unidos se
realizaron unos 229.000 procedimientos cosméticos en pacientes de 13 a 19 años
en 2017. Mientras que los procedimientos de cirugía estética en general
aumentaron un 11 % en el mismo año. Por otro lado, la tasa de depresión en jóvenes
ha incrementado de un 8,7% en 2005 a un 11,3% en 2014. El uso de las redes
sociales también ha aumentado durante el mismo periodo de tiempo. Tendencias y,
tal vez, correlaciones que ameritan ser profundizadas con la producción de más
literatura científica en la materia.
En conclusión, es importante diferenciar lo que es sano de lo que es bello.
Y si bien la belleza puede ser objetiva en ciertos aspectos, es ampliamente un
fenómeno subjetivo que ocurre en el cerebro (y corazón) de cada persona.
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