Punto verde en el Parque Santa Inés, Valdivia, Región de los ríos, Chile. |
Desde hace un
cierto tiempo sigo de cerca las acciones del emprendedor Boyan Slat, el joven
CEO de la fundación The Ocean CleanUp, dedicada a interceptar y retirar el
plástico de los océanos. Esto lo consigue con un aproximación proactiva, es
decir, Boyan y su equipo interceptan la basura de los ríos, antes de que esta
desemboque en el océano.
En su cuenta de Instagram Boyan muestra impresionantes registros de la abrumante contaminación en los ríos que fueron estratégicamente seleccionados alrededor del mundo.
No es ninguna
novedad que el plástico, desde su invención en los años 50, ha aumentado su
producción año tras año. Siendo un material muy versátil y de bajo consto, las
grandes empresas no dudan en implementarlo para distribuir sus productos.
Producción de plástico 1950-2018. Fuente: PlasticsEurope. (c) Nova-Institute.eu. 2019.
Chile no es la excepción. Según la fundación Chile, se estima que, aproximadamente, 900.000 toneladas de plásticos se consumen en el país cada año. Pero ¿cuánto de ese plástico es reciclado? Esa es la pregunta de interés en este artículo. Interrogantes como la cantidad de plástico reciclado, dónde es reciclado, qué ocurre con el plástico que no se recicla y cómo podemos mejorar la situación actual serán abordadas a continuación.
En primera
instancia, de las 900.000 toneladas de plástico mencionadas, en Chile se
recicla el 8,5% o unas 83.679 toneladas.
El promedio mundial, según datos de la OECD plastic Outlook database, fue
de un 9% para el año 2019.
Según la misma
fuente, en el año 2019, 6,1 millones de toneladas (Mt) de desechos plásticos se
filtraron en ambientes acuáticos y 1,7 Mt fluyeron hacia los océanos.
Se estima que
actualmente hay 30 Mt de deshechos plásticos en los mares y océanos, mientras
que otras 109 Mt se han acumulado en los ríos.
De acuerdo con The Plastic Waste Makers Index, elaborado por la asociación australiana Minderoo Foundation, Chile es el país latinoamericano que más deshechos plásticos de un solo uso genera; 51 kilos por persona.
Fotografía desde Pexels, por Karolina Grabowska. |
En el país
existen 7.186 puntos verdes, 98 puntos limpios y 54 empresas valorizadoras de
residuos. Esto, según un catastro realizado por el Ministerio de medio ambiente
en el año 2018. Dicho estudio indica que aún existe una brecha importante para
alcanzar una infraestructura adecuada de reciclaje y valorización de residuos a
nivel nacional.
Legislación
nacional:
El 17 de mayo de 2016, se promulgó la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (REP), la cual comenzó su implementación formal el año 2019. Dicha ley puede ser considerada una de las más importantes en materia de reciclaje, ya que posee una visión que no va enfocada hacia la responsabilidad del consumidor (la cual existe y es legítima) sino hacia las grandes empresas o el productor. En resumen, la ley obliga a los fabricantes e importadores de seis productos principales (aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, envases y embalajes, neumáticos y pilas) a recuperar un porcentaje de ellos una vez que terminan su vida útil.
@Jtluhr en Flickr. |
Acciones
esenciales para mejorar la situación:
1.
Hacer
responsables a los grandes productores
A través de leyes
y cuotas al estado que serían destinadas a pagar los costos del reciclado del
plástico. Estas cuotas deberían ser proporcionales a la cantidad de plástico
que la empresa genere.
2.
Considerar
una prohibición en algunos plásticos de un solo uso.
Por ejemplo, en
el año 2018, Chile publicó la Ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas en
el comercio a lo largo del país. En el año 2020 esta ley pasó a su última etapa
y actualmente se prohíbe la entrega este plástico en pequeñas y medianas
empresas.
3.
Donar
(en el caso del público capaz) y/o subsidiar programas destinados a limpiar la
contaminación plástica actual.
Proyectos como el
de Boyan Slat, mencionado al comienzo de este artículo, requieren de un
importante capital, con lo cual, potenciarlos a través de ayuda monetaria es crucial
para abordar la contaminación por plásticos a la cual nos enfrentamos
actualmente.
4.
Educación
ambiental temprana y oportuna a la población general.
En teoría, esto
debería generar un cambio en el comportamiento del consumidor que concluyan en una
reducción del plástico consumido. Además, un ciudadano debidamente informado podría
apoyar legislación para frenar la producción y el desperdicio de plástico.
5.
Apuntar
a una economía circular.
Según la definición del
parlamento europeo, la economía circular consiste en compartir, arrendar,
reutilizar, reparar, renovar y reciclar los materiales y productos existentes
durante el mayor tiempo posible. Buscando alargar el ciclo de vida de los
productos.
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